El hospital de El Aaiún donde se encuentra el cadáver del niño fallecido está cercado por la Policía marroquí y no se permite la entrada a ninguno de los familiares. Sin embargo, hasta la casa de esta familia están llegando cientos de saharauis para acompañarles en estos momentos tan duros.
En los últimos días, las fuerzas de seguridad marroquíes intentaban impedir la entrada a este campamento de protesta en el que se han instalado unos 20.000 saharauis a unos 18 kilómetros de El Aaiún. Sin embargo, es la primera vez que llegan al extremo de disparar contra personas, con el trágico resultado de un niño muerto y cinco heridos.
Entre los heridos hay un hermano del fallecido que se encuentra muy grave. El tiroteo se produjo a unos dos kilómetros del citado campamento, cuando los jóvenes intentaban burlar el cerco montado por la Policía en torno a las jaimas.
La muerte del saharaui ocurre un día después del final de la nueva gira por la región del enviado personal del secretario general de la ONU para el Sahara, Christopher Ross. La visita de Ross ha servido para convocar una nueva ronda de conversaciones oficiales entre Marruecos y el Polisario entre el 3 y el 5 de noviembre en Nueva York.
Más de 20 mil personas
Ya son aproximadamente 20.000 los saharauis que se han sumado al campamento de protesta instalado a las afueras de El Aaiún a pesar de la presión del Ejército y de las fuerzas policiales marroquíes que mantienen sitiado el espacio en el que están ubicadas las haimas de los saharauis, según han informado fuentes de la organización del campamento. Los saharauis protestan por las adversas condiciones de vida que sufren y para exigir su derecho a la autodeterminación.
"La situación es grave, ya que el Ejército está impidiendo la entrada de comida y agua en el campamento", explicó en declaraciones telefónicas a Europa Press un portavoz de la organización del campamento, el ciudadano mexicano Antonio Velázquez. Velázquez y la española Isabel Terraza son los únicos extranjeros que se encuentran en estos momentos en el campamento.
Velázquez explicó que la última iniciativa de las fuerzas de seguridad marroquíes es el levantamiento de un muro de tierra con excavadoras alrededor del campamento precisamente para impedir la entrada de suministros y para evitar que más saharauis se sumen a la protesta. "El muro está muy cerca de las haimas", señaló el portavoz, quien explicó que existe una fuerte presencia militar en las inmediaciones.
"Hay un helicóptero sobrevolando continuamente el campamento. Por las noches no nos dejan dormir y el helicóptero y una avioneta realizan vuelos intimidatorios y simulan aterrizajes sobre las haimas", indicó. Efectivos terrestres también penetran por la noche en el campamento para hostigar a los acampados.
El viernes las fuerzas marroquíes emplearon la violencia y evitaron a punta de pistola que otros saharauis se sumaran a la protesta. Un grupo de saharauis fueron "violentamente golpeados por la policía marroquí que hirió a más de 41 personas, incluyendo mujeres, niños y ancianos", ha denunciado el Ministerio de los Territorios Ocupados de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Los acampados han realizado un llamamiento de auxilio a la comunidad internacional para que se garantice el suministro de alimentos, agua y medicamentos.
El campamento de protesta de El Aaiún fue levantado el pasado 9 de octubre a unos 12 kilómetros al este de la capital de la antigua colonia española para protestar por las condiciones de vida que sufre la población saharaui en el territorio, ocupado por Marruecos en 1975, y para reivindicar su derecho a la autodeterminación.
En un principio los saharauis imitaron la protesta de El Aaiún en otras ciudades como Dajla, Esmara o Bojador, pero las autoridades marroquíes han desmantelado violentamente estos campamentos de protesta.
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