Irene Selser
2009-12-24•Fronteras
Publicado en http://impreso.milenio.com/node/8693548
En lo que se despeja la interrogante sobre la responsabilidad de las FARC en el secuestro y atroz crimen del gobernador Luis Cuéllar, fluye la información sobre las particularidades de la zona de Caquetá, donde opera la columna de las FARC Teófilo Forero, la misma que secuestró a Ingrid Betancourt en 2002.
Extraoficialmente se dice que las FARC le tenían “unas ganas terribles” a Cuéllar, a quien no sólo secuestraron cuatro veces sino que tildaban de “paramilitar”, ya que las hoy desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entraron al área desde Morelia, el pueblo del cual él era alcalde. Al parecer, Cuéllar iba a ser procesado en enero por “parapolítico”, ya que ex miembros de las AUC revelaron la forma en que él los dejó entrar a Morelia.
Para la prensa colombiana, decir columna Teófilo Forero y secuestro es casi sinónimo. Pero no cualquier secuestro, sino plagios espectaculares como el del avión donde viajaba el ex senador Eduardo Gechem Turbay y que puso fin al proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC en 2004.
Según el ministro de Defensa colombiano Gabriel Silva, detrás del asesinato de Cuéllar estuvo Hernán Velásquez (El Paisa), a quien se le atribuye el secuestro de los 11 diputados del Valle, también en 2002.
Pero El Paisa, según la prensa de Bogotá, ya no actúa en la zona por la presión del ejército en el marco de la estrategia oficial de “seguridad democrática”, por lo éste “manda de lejos”; y ni siquiera a un gran frente sino “a un puñado de hombres” no mayor a los 200 efectivos, según fuentes de inteligencia militar.
Lo llamativo es que expertos como Gerson Arias, coordinador del área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz, de la Fundación Ideas para la Paz, opinan que dicha columna “es más reposada que otras” y que “no obra a la ligera”. De ahí que no se descarte una posible acción de infiltración de EU por lo brutal e inusual del método utilizado, similar a la labor realizada por la CIA en las Brigadas Rojas italianas, que en 1978 llevó al secuestro y posterior asesinato del ex primer ministro y líder de la Democracia Cristiana Aldo Moro, “sacrificado” por EU en aras de sus intereses.
Como sea, si a Álvaro Uribe le faltaban argumentos para justificar un tercer mandato de cara a los comicios generales de marzo próximo, el crimen le viene como anillo al dedo para volver a realzar su estrategia de “seguridad democrática”. De paso, se legitima la presencia de las tropas de EU en el país, que estarán llegando en las próximas semanas, para “defender la democracia de estos narcoterroristas”, como recordó ayer la Casa Blanca, por si a alguien se le hubiese olvidado.
NOTICIA DEL HECHO DIFUNDIDA EN TELESUR
Extraoficialmente se dice que las FARC le tenían “unas ganas terribles” a Cuéllar, a quien no sólo secuestraron cuatro veces sino que tildaban de “paramilitar”, ya que las hoy desaparecidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entraron al área desde Morelia, el pueblo del cual él era alcalde. Al parecer, Cuéllar iba a ser procesado en enero por “parapolítico”, ya que ex miembros de las AUC revelaron la forma en que él los dejó entrar a Morelia.
Para la prensa colombiana, decir columna Teófilo Forero y secuestro es casi sinónimo. Pero no cualquier secuestro, sino plagios espectaculares como el del avión donde viajaba el ex senador Eduardo Gechem Turbay y que puso fin al proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC en 2004.
Según el ministro de Defensa colombiano Gabriel Silva, detrás del asesinato de Cuéllar estuvo Hernán Velásquez (El Paisa), a quien se le atribuye el secuestro de los 11 diputados del Valle, también en 2002.
Pero El Paisa, según la prensa de Bogotá, ya no actúa en la zona por la presión del ejército en el marco de la estrategia oficial de “seguridad democrática”, por lo éste “manda de lejos”; y ni siquiera a un gran frente sino “a un puñado de hombres” no mayor a los 200 efectivos, según fuentes de inteligencia militar.
Lo llamativo es que expertos como Gerson Arias, coordinador del área de Dinámicas del Conflicto y Negociaciones de Paz, de la Fundación Ideas para la Paz, opinan que dicha columna “es más reposada que otras” y que “no obra a la ligera”. De ahí que no se descarte una posible acción de infiltración de EU por lo brutal e inusual del método utilizado, similar a la labor realizada por la CIA en las Brigadas Rojas italianas, que en 1978 llevó al secuestro y posterior asesinato del ex primer ministro y líder de la Democracia Cristiana Aldo Moro, “sacrificado” por EU en aras de sus intereses.
Como sea, si a Álvaro Uribe le faltaban argumentos para justificar un tercer mandato de cara a los comicios generales de marzo próximo, el crimen le viene como anillo al dedo para volver a realzar su estrategia de “seguridad democrática”. De paso, se legitima la presencia de las tropas de EU en el país, que estarán llegando en las próximas semanas, para “defender la democracia de estos narcoterroristas”, como recordó ayer la Casa Blanca, por si a alguien se le hubiese olvidado.
NOTICIA DEL HECHO DIFUNDIDA EN TELESUR
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