Por la Redacción Nacional. 19/03/2008.
El grupo armado de las Águilas Negras, a través de su Bloque Metropolitano, ya opera y extiende sus estrategias de terror en Bogotá. Desde hace 18 meses, la Defensoría del Pueblo, por conducto de su Sistema de Alertas Tempranas (SAT), venía advirtiendo sobre la formación de esta expresión violenta en la localidad de Ciudad Bolívar y en el sector de los Altos de Cazucá, en el vecino municipio de Soacha. Hoy es una realidad que ya tiene claros objetivos militares y que está desplegando una ola de amenazas hacia diversos sectores en la capital de la República.
Hace tres meses, en su último informe de riesgo, la Defensoría del Pueblo instó a la Presidencia, el Ministerio del Interior, la oficina del Alto Comisionado de Paz, las alcaldías de Bogotá y Soacha y la Gobernación de Cundinamarca, a adoptar medidas urgentes de protección para neutralizar esta amenaza contra la población civil en el corazón del país. Ahora es una evidencia que estas mismas instancias oficiales confrontan y que, después de la marcha del pasado 6 de marzo, ha cobrado dimensiones de alarma en Bogotá, especialmente entre los organizadores de esta movilización de protesta.
De hecho, el pasado miércoles 12 de marzo empezaron a circular en apartados sectores de Ciudad Bolívar y los Altos de Cazucá hojas amenazantes con siniestros dibujos y agresivos mensajes, destinados a anunciar que varias organizaciones no gubernamentales de derechos humanos y algunos líderes sociales han sido declarados como objetivos militares. Los volantes aparecen avalados por dos expresiones armadas: Águilas Negras presente y Bloque Metropolitano de Bogotá, y anuncian asesinatos y el seguimiento estrecho de sus actividades.
Los documentos fueron conocidos por funcionarios de la Defensoría del Pueblo, que inicialmente han constatado que no distan mucho de las advertencias formuladas por su Sistema de Alertas Tempranas, en el sentido de que grupos armados ilegales derivados de las autodefensas, a través de correos electrónicos con mensajes intimidatorios, panfletos y hurtos de información, idearon el propósito de crear un ambiente de incertidumbre, miedo e indefensión entre algunas personas y comunidades, y ahora están pasando de las amenazas a los hechos.
Los mensajes están dirigidos, entre otros, al ex concejal de Bogotá Bruno Díaz, de quien dicen "eres hombre muerto", e implican también a diversas organizaciones sociales como la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes), la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Asociación para la Promoción Social Alternativa Minga, que actualmente labora en protección de comunidades en zonas vulnerables, y la Corporación Reiniciar, que impulsa en la Comisión Interamericana el proceso contra el Estado por el exterminio de la Unión Patriótica.
De igual modo, las amenazas, que han venido orientándose de manera específica vía internet, incluyen a las organizaciones Fundip, Asipron, Andas, Asodego, Fenacoa, Asomujer, y especialmente a quienes promovieron la marcha del 6 de marzo en rechazo al paramilitarismo, los crímenes de Estado y la parapolítica. "Ustedes utilizaron dicha marcha para hundirnos más y poner a la gente en contra nuestra. Comenzaremos a matarlos", señala uno de los mensajes. Es el mismo tono de las intimidaciones advertidas en sus informes de riesgo por la Defensoría del Pueblo desde hace 18 meses.
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